Yacía allí, sentado en posición de flor de loto. Hacia un tiempo que había llegado a aquel país, que por el momento le parecía extraño y aquel era el sitio más agradable que había conocido en todo el vasto territorio de la aldea.
Tenía las manos sobre las rodillas, y los ojos fijos, puestos en el horizonte, entrecerrados, mientras una gota de sudor le surcó la frente de pronto. Apenas con doce años, Kenshimaru era un preadolescente de tamaño monumental, a esa edad parecía un joven hasta de quince y la seria expresión en su rostro decía lo mismo, aunque no el fresco aire que emanaba de sus orbes brillantes.
-...tengo que hacerlo...tengo que lograrlo...yo lo controlo...-Suscitó por lo bajo y cerró los párpados. Una ráfaga de viento agitó las hojas de los árboles que le circundaban. Justo en ese momento se encontraba en una zona escarpada, cerca de una pequeña montaña que estaba en el extremo oriente de Konoha, a unas cuantas leguas de la villa, ciertamente. El sitio era una colina, llena de árboles, algo fría y a una altura considerable, que le recordaba en parte al lugar donde vivía.
El viento, pronto trajo consigo una espesa bruma que fue copando el espacio lenta y sigilosamente, como un fantasma que se empeña en poseer una zona virgen. Él sólo exhalaba e inhalaba; llenaba sus pulmones de aire, aire fresco, puro; oxigeno libre de la turbación de cualquier otra criatura impura, y su mente, pronto fue a viajar lejos de allí...quería que su mente se fundiera con su cuerpo, todos, eran consejos que había aprendido en las montañas del Rey Tigre; allí, había comprendido de forma mediana el como manipular el chackra, como moldearlo y dejarlo salir de los puntos que lo regulan, y fue así como, de su corazón, casi mezclado con su sangre y a la vez con su espíritu, comenzó a surgir aquella fuerza vital y lo comenzó a llenar casi por completo.
Se estremeció, pues sintió el recorrer de aquello, y hasta creyó ser, en ese momento, más liviano. Así pues, estuvo un rato allí sentado, imaginando como aquella fuerza se arremolinaba dentro, más que nada en su estómago y salía proyectada por todas partes de su cuerpo, volviendo luego de un tránsito limpio y prolijo a su punto de partida, su abdomen. Se sintió tan excitado que pensó, por cosas de niño, que podía ya mismo realizar cualquier jutsu, inclusive esos que en clase se le habían hecho tan complicados…en la academia no era muy bienvenido, primero, por ser huérfano y segundo por ser extranjero, pero muy probablemente aquello le ayudaría a conseguir un status alto dentro del grupo.
Inmediatamente se levantó, su sangre comenzó a fluir más rápidamente, pues por la emoción su corazón latió de forma abrupta; su respiración también se aceleró…había llegado el momento…elevó las manos a la altura de su pecho y luego de formar un sello dijo, en voz altiva-¡BUSHIN NO JUTSU!-inmediatamente liberó su chackra, pero este se descompensó y luego de una nube de humo que surgió tras una explosión inédita, extraña, que se generó a partir de él, a su lado, chorreado, extraño, fofo y escurrido, apareció una figura con su mismo color de piel, misma ropa, mismo cabello, pero completamente amorfa y que no se pudo sostener en pie, dos segundos, pues, él, al mirarlo, pegó un grito sobresaltado-¡Mierda!- la extraña criatura se impactó tanto que cayó de bruces y desapareció tras una nueva explosión.
Jadeando, aún con los ojos abiertos a mas no poder, se quedó un momento absorto pensando en aquella situación.
Tenía las manos sobre las rodillas, y los ojos fijos, puestos en el horizonte, entrecerrados, mientras una gota de sudor le surcó la frente de pronto. Apenas con doce años, Kenshimaru era un preadolescente de tamaño monumental, a esa edad parecía un joven hasta de quince y la seria expresión en su rostro decía lo mismo, aunque no el fresco aire que emanaba de sus orbes brillantes.
-...tengo que hacerlo...tengo que lograrlo...yo lo controlo...-Suscitó por lo bajo y cerró los párpados. Una ráfaga de viento agitó las hojas de los árboles que le circundaban. Justo en ese momento se encontraba en una zona escarpada, cerca de una pequeña montaña que estaba en el extremo oriente de Konoha, a unas cuantas leguas de la villa, ciertamente. El sitio era una colina, llena de árboles, algo fría y a una altura considerable, que le recordaba en parte al lugar donde vivía.
El viento, pronto trajo consigo una espesa bruma que fue copando el espacio lenta y sigilosamente, como un fantasma que se empeña en poseer una zona virgen. Él sólo exhalaba e inhalaba; llenaba sus pulmones de aire, aire fresco, puro; oxigeno libre de la turbación de cualquier otra criatura impura, y su mente, pronto fue a viajar lejos de allí...quería que su mente se fundiera con su cuerpo, todos, eran consejos que había aprendido en las montañas del Rey Tigre; allí, había comprendido de forma mediana el como manipular el chackra, como moldearlo y dejarlo salir de los puntos que lo regulan, y fue así como, de su corazón, casi mezclado con su sangre y a la vez con su espíritu, comenzó a surgir aquella fuerza vital y lo comenzó a llenar casi por completo.
Se estremeció, pues sintió el recorrer de aquello, y hasta creyó ser, en ese momento, más liviano. Así pues, estuvo un rato allí sentado, imaginando como aquella fuerza se arremolinaba dentro, más que nada en su estómago y salía proyectada por todas partes de su cuerpo, volviendo luego de un tránsito limpio y prolijo a su punto de partida, su abdomen. Se sintió tan excitado que pensó, por cosas de niño, que podía ya mismo realizar cualquier jutsu, inclusive esos que en clase se le habían hecho tan complicados…en la academia no era muy bienvenido, primero, por ser huérfano y segundo por ser extranjero, pero muy probablemente aquello le ayudaría a conseguir un status alto dentro del grupo.
Inmediatamente se levantó, su sangre comenzó a fluir más rápidamente, pues por la emoción su corazón latió de forma abrupta; su respiración también se aceleró…había llegado el momento…elevó las manos a la altura de su pecho y luego de formar un sello dijo, en voz altiva-¡BUSHIN NO JUTSU!-inmediatamente liberó su chackra, pero este se descompensó y luego de una nube de humo que surgió tras una explosión inédita, extraña, que se generó a partir de él, a su lado, chorreado, extraño, fofo y escurrido, apareció una figura con su mismo color de piel, misma ropa, mismo cabello, pero completamente amorfa y que no se pudo sostener en pie, dos segundos, pues, él, al mirarlo, pegó un grito sobresaltado-¡Mierda!- la extraña criatura se impactó tanto que cayó de bruces y desapareció tras una nueva explosión.
Jadeando, aún con los ojos abiertos a mas no poder, se quedó un momento absorto pensando en aquella situación.
- Spoiler:
- Cc (por el clon mal creado): 5
Cc restante: 45
- stats:
Stats empleados
Cc: 35
Stats restantes
Lp:20
Cc:5
St:20
- jutsus:
- Técnicas aprendidas
Kawairimi no jutsu: Esta técnica te permite cambiar de lugar con un objeto que esté cerca de ti.
Cc: 20
Efecto: Esquivar.
Bunshin no jutsu: Esta técnica te permite crear 2 clones a tus lados, sirven para confundir a un enemigo.
Cc: 20 + 10 mantener.
Kai: Te libera de un genjutsu de tu mismo nivel que no haga stun.
Cc: 30
Ken: El hecho de dar un golpe con una parte de tu cuerpo.
St: 10
Hit: 10
Igo: Te permite moverte rápidamente para esquivar un taijutsu.
St: 20
Efecto: Esquivar.
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